• Las nuevas tendencias de color en la oficina indican que las tonalidades pastel y aquellas que evocan la naturaleza inducen una mayor sensación de armonía y bienestar en el ambiente. Esto no sólo fomenta el bienestar de los empleados, también ayuda a que los clientes se sientan más cómodos.

 Ya lo advertía el pionero del arte abstracto, Vasili Kandinski, a mediados del siglo pasado: “El color es un medio para influir directamente en el alma”. Una idea que cada vez  adquiere más sentido al conocer que la impresión visual que éste nos genera se relaciona directamente con las emociones y el comportamiento, haciendo que la elección de uno por sobre otro sea crucial al momento de tomar decisiones clave, como cuál es el más adecuado para ambientar una oficina.

 

Los especialistas concuerdan que los espacios diseñados estratégicamente en función del color pueden ayudar a aumentar la productividad y el bienestar de los los empleados, además de impulsar una mejor comunicación de marca. Un reciente estudio de la Universidad de Texas publicado en Enterpreuner, descubrió que las oficinas grises, beige y blancas inducían sentimientos de tristeza y depresión en las mujeres. Los hombres, por otro lado, experimentaban sentimientos sombríos frente a aquellas que tenían el púrpura y el naranja como base.

 

En ese sentido, resulta crucial entender qué aporta cada tonalidad para elegirla intencionadamente, según su funcionalidad y el objetivo deseado. Teniendo claras sus características y efectos, se puede crear el entorno más apropiado para cada tipo de circunstancia. En el caso de las empresas, dar con los colores adecuados puede marcar la diferencia a la hora de captar clientes. Si logras que se sientan a gusto pueden formarse una buena opinión sobre la compañía y sus productos. Incluso, sin siquiera haberlos visto o haber escuchado sobre ellos previamente.  

 

“Vivimos rodeados de colores. Y, lo admitamos o no, cada uno posee unas propiedades características que influyen en la vida cotidiana y en el bienestar interior de las personas. Estudiar su significado es aprender a ver más allá de las apariencias. Es conocer su naturaleza energética y la influencia que ésta ejercen sobre el ser humano. Es conocer sus posibles combinaciones y las energías resultantes de las mismas”, señalan desde Ofita.

 

La tendencia actual

A medida que surgen nuevos estudios sobre la psicología del color las tendencias de uso van evolucionando, haciendo que se vuelva necesario estudiar el tema de forma permanente. Dentro de la gama de colores que se están implementando hoy al interior de las oficinas a nivel internacional se puede mencionar las tonalidades pastel y aquellas que evocan la naturaleza para brindar una mayor sensación de armonía y bienestar.  No obstante, como se planteaba anteriormente, decidir el más adecuado dependerá del tipo de compañía y el objetivo deseado.

Tonos pastel: Iluminan y alegran

Los colores pastel se utilizan para dar un toque moderno o brindar una mayor sensación de iluminación. Al igual que el azul y el verde, los tonos más suaves pueden ser útiles en entornos de trabajo estresantes que requieren una atmósfera relajante. El resultado se optimiza al mezclarlos con plantas, logrando un ambiente agradable, acogedor y alegre.

 

 

Elizabeth Brown, directora de EB Color Consulting en Seattle, afirma en un artículo de Entrepreneur, que sea cual sea la paleta que se elija, se debe tener cuidado con crear demasiado contraste entre las paredes claras, los colores oscuros de los muebles o la decoración. “Demasiado contraste crea fatiga visual”, dice. Y posteriormente agrega: una paleta de color negro y lila puede ser discordante y causar fatiga visual; una combinación de beige con lila, en cambio, resulta recomendable. 

 

El lila, violeta o morado pastel se recomiendan aplicar en pequeños detalles para activar la imaginación y la curiosidad. Otorgan serenidad y crean ambientes tenues y confortables; a la vez que son apropiados para la tapicería y algunos elementos del mobiliario de oficina.

Rojos y anaranjados: Energizan el ambiente

Hasta hace poco tiempo, el rojo hubiera sido impensable al interior de los espacios de trabajo. Hoy se está comenzando a implementar en pequeñas dosis, ya sea en accesorios, mobiliarios o incluso la iluminación, con la idea de romper los esquemas y crear entornos energéticos. Lo mismo ocurre con el naranja. “Hemos encontrado que tener luz roja es como beber una taza de café, te da un efecto de alerta sin suprimir la melatonina. Es novedosa y la gente está empezando a pensar en este tipo de soluciones”, señala Mariana Figueiro, profesora del Lighting Research Center, en un artículo publicado en Market Watch.

 

 

Es recomendable utilizar estos colores en determinadas piezas del amueblamiento para aportar luminosidad, pero principalmente en la sillería y no como tono principal. Utilizados localmente crean ambientes cálidos y vistosos, a la vez que refuerzan el carácter de las personas y potencian su fuerza energética. Sillas y butacas en esta línea rompen la estética monótona de una estancia decorada con colores “apagados” y fríos. 

Tonos brillantes: Fomentan la colaboración

Los espacios compartidos se están volviendo una tendencia cada vez más al alza, ya que ofrecen a los profesionales una serie de ventajas competitivas: Fomentan la colaboración, la creatividad, el intercambio de ideas, la creación de redes y la socialización. En ese sentido, los especialistas señalan que además de pensar en su funcionalidad y diseño, el desafío está en encontrar las tonalidades más apropiadas. Especialmente, si se considera que deben ser del gusto de la mayoría de los empleados y no sólo de unos pocos.

 

 

Aunque no hay un consenso al respecto, algunos especialistas plantean que deben ser de tonalidades brillantes, en línea con los colores corporativos de la marca, para de esta manera impulsar un ambiente colaborativo y energético. “Mientras que los colores brillantes usualmente ayudan a las personas a generar ideas, los más suaves como el verde y el azul claro los ayudan a relajarse”, comenta Linda Sharkey, experta en Recursos Humanos y coautora del libro ‘The Future-Proof Workplace’, en una nota publicada en The New York Post.

Verde: Evoca la naturalidad

Con el objetivo de convertir las oficinas en espacios cada vez más agradables y confortables para las personas, la tendencia hoy es incorporar una mayor presencia de elementos naturales, con los colores verde, greenery y tierra como protagonistas; además de la madera como material primordial. Una moda que ya tiene nombre propio: Diseño biofílico, que se centra en insertar aspectos del ambiente tanto en la arquitectura como en la propia decoración.

 

La iluminación natural, el mobiliario hecho de materiales reciclados, los jardines, las vistas al exterior y espacios al aire libre donde tomar un respiro son algunos de los nuevos recursos por los que están aportando aquellas compañías que quieren dar más protagonismo a la naturaleza en su entorno de trabajo.

 

 

El verde es el color más representativo de esta tendencia, ya que evoca por sí solo la naturaleza. Su ventaja es la versatilidad, ya que permite un gran número de variaciones. Aunque en su tono base puede resultar excesivo, es perfecto para ambientar los lugares de trabajo ya que potencia el rendimiento y la actividad de las personas. Ahora bien, no se recomienda pintar todas las paredes en verde. La idea es seleccionarlo sólo para detalles o puntos determinados del ambiente.

Azul: Disminuye las tensiones

Investigaciones recientes han descubierto que los azules saturados o cian, son perfectos para aumentar el estado de alerta de los trabajadores, especialmente en el caso de aquellos que trabajan en turnos nocturnos.  Los azules más tenues, asimismo, propician un efecto calmante en un ambiente de trabajo estresante. En un mundo como el actual, ambos pueden resultar necesarios de incorporar en las oficinas, sea cuál sea la finalidad perseguida.

 

 

El azul crea una sensación de amplitud y de eliminación de los espacios físicos. Es un color que tranquiliza, disminuye las tensiones y produce vibraciones positivas sobre las personas que permanecen su jornada laboral rodeadas de él. Además, resulta del agrado de todo el mundo. Es ideal para introducirlo en mobiliario de oficina. Aviva de forma excepcional las paredes blancas, cremas, grises o beige y combina bien con otros tonos más fuertes como naranja o amarillo. Se recomienda en la sillería y también en distintos elementos del mobiliario: detalles en cajones, archivadores, tableros, pies de mesa, etc.